Caracter y comportamiento

Los gatos bengalí son muy inteligentes y cariñosos, tienen una hermosa apariencia silvestre pero en realidad son muy dóciles y confiados, disfrutan de la compañía de humanos y de otros animales. Su comportamiento es como él de un perro: siguen a la persona por la casa, le busca o le espera en la puerta cuando van a entrar, son juguetones en especial a buscar y traer una pelota pequeña. El periodo de adaptación hasta llegar a este estado tan armonioso con otros animales o personas puede ser entre 15 a 20 días y en adaptarse a un nuevo ambiente de 3 a 5 días.

Debido a su pelaje muy corto y liso reduce en gran cantidad el número de alergias en personas con este tipo de problema.

Los bengalíes no tienen ningún miedo al agua. Por el contrario, les atrae. Esto es una reminiscencia de su ancestro, el Leopardo Asiático, que vivía siempre cerca de los ríos. No les importa mojarse; es por ello que algunos se bañan con sus dueños o se meten en la bañera cuando rebosa el agua.

Cada gato tiene su propia personalidad: hay unos que son muy cariñosos, buscan la compañía las caricias, los juegos y el cariño, siempre quiere estar en contacto físico permanente y una dedicación exclusiva, pero también los hay un poco mas independientes: se sienten bien simplemente con estar sentado al lado descansando o jugando.

 

Cómo cuidar al gato bengalí

Al tener el pelo corto apenas necesita cuidados para mantener su aspecto en perfectas condiciones. Es un gato que debido a su propio aseo personal siempre lo encontraremos limpio.

 

Historia de la raza bengalí

La raza de gato bengalí se originó como un híbrido hecho por el humano, entre el gato leopardo asiático y el gato doméstico. El gato leopardo (Felis Bengalensis) es un habitante, del tamaño de un gato, del sur de Asia y se piensa que es uno de los más cercanos a las especies de gatos no domesticados que fueron los antecesores comunes del gato familiar.

El gato leopardo se parece mucho al gato domestico, excepto por los ojos más grandes y chasqueantes, bigotes pronunciados, patas mas largas y brillantes marcas de leopardo. Se parece, de hecho, a un leopardo en miniatura. El gato bengalí comenzó su viaje hacia el reconocimiento de la raza en 1963 cuando la criadora Jean Mill, de Covina, California, compro dos gatas leopardo en una tienda de mascotas. En esa época, los gatos leopardo se podían comprar en los Estados Unidos, sin embargo al día de hoy, es ilegal venderlos. Ella no estaba tratando de crear una nueva raza de gatos; ella solo quería una mascota única.

Después de varios años, Mill pensó que la gata se veía solitaria, así que coloco a otro gato domestico en la jaula de la gata para que le hiciera compañía. En 1965 su gata leopardo dió a luz una camada.

Solo sobrevivió uno de los gatitos de la camada, una hembra hibrida que Mill nombro Kin-Kin. Mill contacto al Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, para pedirles consejo sobre cómo manejar al hibrido, y le dijeron que Kin-Kin probablemente seria estéril. Esto también resulto ser falso. Kin-Kin creció, se cruzo con su padre, y produjo dos gatitos. Uno era completamente negro y había heredado el temperamento de un gato leopardo salvaje; se negaba a permitir que se le acercaran. El otro, un macho moteado, heredó la dulce disposición de un gato doméstico.

En la primera cruza del gato leopardo con el gato domestico de pelo corto, los gatitos machos eran estériles, como es el caso con muchos híbridos. Las hembras usualmente eran fértiles, como lo fueron los gatitos machos de generaciones posteriores. Sin embargo, muchos de estos primeros gatitos híbridos crecieron nerviosos con temperamentos inciertos, similares a sus parientes salvajes. No fue sino hasta después de que los gatos estuvieron a varias generaciones de los gatos leopardos que el temperamento de los bengalís se volvió mas predecible.

El estándar para el gato bengalí, a diferencia de otras razas de gatos, incluye la descripción del temperamento ideal del gato, describiéndolo como seguro de sí mismo, alerta, curioso y amistoso. Cualquier signo de confrontación o ataque descalifica al gato para que de esta manera prevenir que los problemas de temperamento se perpetúen en las cruzas de esta raza.